Los pilares que sostienen a todo grupo que aspira a títulos, son esencialmente el compromiso de causa, la unión y el respeto. Equipo que viva en calma tendrá más posibilidades sobre aquel que lo haga en la tempestad.
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Este principio básico está escrito y subrayado con plumón resaltador en el libreto del entrenador Mario Salas, quien piensa hacer de Alianza Lima su sagrada familia.
En esta figura, el técnico chileno Mario Salas será el padre y, los futbolistas, los hijos mayores y menores con responsabilidades y funciones disímiles -dentro y fuera de la cancha- camino a lograr el éxito.
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Las órdenes empezaron a darse virtualmente desde la cuarentena y, una vez superada esta etapa, el “Comandante” juntará talones e inflará el pecho para empezar a comunicar con temple.
Porque cuando un padre desea que su mensaje cale profundamente en el corazón y en las cabezas de sus hijos, transmite con sabiduría, inteligencia, criterio, equilibrio, amor, y hasta con firmeza y rigor, si así fuera necesario.
“A la disciplina le doy mucho valor. Si uno no es disciplinado y no se compromete con el club, es difícil que las cosas puedan darse”, expresó.
Salas aseveró que cuando dirigió a Sporting Cristal -cuadro con el que fue campeón nacional de la Liga 1 el año 2018- no tuvo problemas de disciplina.
Alianza lo recibió en medio de una turbulencia, pero la nave ya se mira estable y visiblemente seguro de llegar a su destino. El entusiasmo es grande.