Alianza Lima descendió a la Liga 2 del fútbol profesional y el llanto de algunos futbolistas tras el desenlace, fue el capítulo final de una crónica de muerte anunciada.
El fútbol es de hombres y no de nombres. El club contrató a jugadores que tuvieron paso por la selección peruana con la expectativa de llegar lo más lejos posible en la Copa Libertadores y en el torneo local ganar el título nacional.
Sin embargo, el equipo no funcionó y generó malos resultados que desencadenaron en la renuncia temprana del técnico Pablo Bengoechea. “Mi mensaje no se oye”, confesó el uruguayo. El plantel también había presentado problemas de indisciplina. De hecho, Jean Deza fue despedido por reincidente.
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Mala decisión. En plena pandemia la directiva tuvo la idea brillante de cambiar drásticamente el juego práctico que predominó tres años seguidos y trajo consigo objetivos deportivos, por un estilo de juego en el que predomine la posesión de balón y se contrató a Mario Salas para que lidere.
La propuesta del chileno a pesar del arduo trabajo no cuajó y era cuestión de tiempo para que los malos resultados pusieran punto final a su proceso. “No lo entendimos”, señalaron luego los futbolistas. Tal vez si él hubiera elegido a los futbolistas para su diseño otra hubiera sido la historia pero el 'Comandante' se subió al coche pese a todo.
Bajas sensibles. Sin Jean Deza, echado por indisciplina, ni Aldair Fuentes, quien emigró a la segunda división del fútbol español, Alianza Lima por recomendación de Mario Salas solo contrató al delantero Patricio Rubio y le bajó el dedo a Adrián Balboa.
Días después, sus paisanos uruguayos Federico Rodríguez y Luis Aguiar, por asuntos personales, se fueron de la institución. ¿Cristian Zúñiga? Se fue por ser el peor fichaje en la historia del club. El plantel quedó disminuido, pero no se trajo a nadie más.
“Mario Salas nos dijo que así está bien”, afirmó un directivo a LÍBERO. Los malos resultados eran cada vez más recurrentes pero el técnico maquillaba el momento agridulce refiriendo que, el equipo entiende su idea de juego pero que no muestra regularidad en su ejecución.
Los hechos pedían la contratación de futbolistas en ataque, de hecho, Federico Rodríguez tenía la intención de volver, sin embargo, la directiva dijo que no, porque traerlo implicaría ficharlo un año o más tiempo, lo cual no estaba dentro de la planificación para afrontar el torneo del año 2021.
Wilmer Aguirre, jugador emblemático de la institución, confesó que quería unirse al club para sumarle su experiencia, gol y jerarquía, pero sus deseos no le hacían ni cosquillas en el pecho a la dirigencia segura de estar haciendo lo correcto.
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Desenlace. Cuando el club despide a Mario Salas por malos resultados, números que dicho sea de paso, ya le habían hecho tanto daño al equipo en la tabla acumulada de la Liga 1, la directiva nombra entrenador interino a Daniel Ahmed -el argentino era Jefe de Planeación y Desarrollo Deportivo- para que salve al equipo del descenso, lastimosamente para Alianza Lima no logró ganar un solo partido.
Errores garrafales en defensa costaron derrotas, malas decisiones en función ofensiva ahogaron el grito de gol, los jugadores eran presa de la desesperación frente a una caída libre que a todas luces parecía inevitable, y el entrenador no era ajeno a este sentimiento y lo demostraba cuando enviaba a la cancha a los más chicos queriendo lograr que ellos le salvaran el partido. Sin rumbo e impotente, Alianza Lima contaba la cuenta regresiva hacia su destino final; la pérdida de la categoría.